Leo en revistas especializadas acerca de la mononucleosis infecciosa, o enfermedad del beso y se me viene a la mente la situación político-económica actual del sector de la construcción y la promoción de viviendas, obras públicas, etc. (a partir de ahora SECONPROVIN) en nuestro país, con Marbella como punta del iceberg de la corrupción política. La mononuclesosis infecciosa, al igual que los problemas del SECONPROVIN, es una patología aparentemente poco conocida pero con una mayor incidencia de la que se cree.
Se trata de una enfermedad infecciosa aguda, de difusión universal, exclusiva del ser humano y producida por el virus de Epstein-Barr. Al principio puede pasar inadvertida (¿quince años de desfalco continuado en las arcas de Marbella?) y sus primeros síntomas (dolor de cabeza, cansancio y fiebre) resultan fácilmente confundibles con los de otras enfermedades. Afecta sobre todo a adolescentes (empresarios advenedizos, temporeros, chapuzas...) y adultos jóvenes (políticos fracasados...) -especialmente, en países desarrollados (España, pongamos por caso).
Al igual que la corrupción que rodea al SECONPROVIN, el ser humano es la única fuente de infección de este virus, que se transmite fundamentalmente por la saliva, de ahí que también se denomine enfermedad del beso, ya que el beso en la boca constituye la forma más común de transmisión (¡ay! aquellas películas sobre la Mafia, con el beso de la muerte). Lo mismo que ha podido suceder hasta ahora con el desenfreno inmobiliario en el SECONPROVIN, la mononucleosis infecciosa no ha tenido un tratamiento específico, sino puramente sintomático, que consiste en reposar en cama (¿en la cárcel durante unos meses?) durante el periodo febril y en tomar analgésicos como el paracetamol (hasta ahora, aparentemente, la Administración Publica poco ha hecho al respecto).
Sólo en casos de complicaciones severas (¿la Costa del Sol, la Costa de Levante, La Costa de la Muerte, la promoción de interior...? se opta por los corticoides (¿y porqué no se aplica la cirugía o la prevención a través de profundas, intensivas, decentes y selectivas inspecciones fiscales?). Y sigue diciendo que al tratarse de una enfermedad que puede pasar desapercibida en sus inicios, el diagnóstico de la infección se realiza cuando la sintomatología es ya muy clara y se ha podido producir algún contagio (caso Piedras, por ejemplo). En lo que no veo la similitud con la realidad inmobiliaria de nuestro país es con el proceso de curación, ya que la mononuclesosis infecciosa se cura, como máximo, en dos meses si no surgen complicaciones. Sobran más palabras. Saludos. (Formato de texto cambiado posteriormente. Fuente de la imagen: sxc.hu).