Regularizaciones

Refiriéndose al perdón, San Francisco de Asís dijo a un ministro: “Que no haya en el mundo ningún hermano que, por mucho que hubiera pecado, después de haberte mirado a los ojos pidiéndote perdón, se aleje de ti sin que se lo hayas concedido. Y si no lo pidiera abiertamente, pregúntale si desea el perdón. Y si mil veces volviera a pecar, inclusive en tu presencia, ámalo más de lo que me amas a mí, porque de este modo lo ayudarás a volver al Señor; y ten siempre compasión de personas como él.” En frases como la de San Francisco se han tenido que basar los legisladores de Alemania, Bélgica, Grecia, Italia, México y Portugal para regularizar miles de millones de capital evadido, a través de amnistía fiscal y recorte de sanciones (leído en la pág. 42 del Cinco Días de 19/10/07).
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Se defrauda y luego te perdonan. Pero no os engañéis. Esto sucede sólo en la órbita de los grandes defraudadores que, generalmente, están asentados en una determinada clase social: especuladores, fortunas labradas en la explotación de los pobres o en la práctica de no liquidar ningún impuesto ni carga social, nuevos ricos al abrigo de oscuras operaciones, blanqueo de capitales y todo lo demás. España no cuenta con medidas específicas para repatriar el dinero oculto en el extranjero, pero tiempo al tiempo. La historia se repetirá. Hasta la OCDE avala la amnistía fiscal como vía para repatriar el dinero negro, aunque, para quedar bien, recuerda que es una medida excepcional. Juzguen Ustedes. Perdones fiscales para pendones seudo empresariales