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Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
La implementación de este enfoque requiere un conocimiento profundo del cliente, lo que se conoce como "debida diligencia", que va más allá de la mera identificación; implicando comprender la naturaleza de su actividad económica, el origen de sus fondos y el propósito de sus transacciones. Al entender mejor a sus clientes, las entidades pueden detectar con mayor facilidad comportamientos inusuales o transacciones que no se ajustan a su perfil de riesgo habitual. Asimismo, este enfoque se extiende a las operaciones y a los productos o servicios que la entidad ofrece. Ciertas transacciones, como las de alto valor o las que involucran jurisdicciones de alto riesgo, pueden requerir un escrutinio adicional. De igual manera, algunos productos o servicios pueden ser inherentemente más vulnerables al blanqueo de capitales, lo que demanda la implementación de controles específicos para mitigar esos riesgos. Concluyendo, la intensificación del enfoque basado en el riesgo en la prevención del blanqueo de capitales busca una asignación más eficiente de los recursos. Al centrarse en las áreas de mayor riesgo, las entidades pueden optimizar sus procesos de cumplimiento, mejorar la detección de actividades sospechosas y, en última instancia, contribuir de manera más efectiva a la lucha contra este complejo fenómeno delictivo.